martes, 8 de diciembre de 2009

DIEZ PALABRAS QUE MARCARON LA OBRA DE ROA BASTOS




EXILIO:
“En este largo exilio [de casi 50 años debido a la dictadura militar en Paraguay] hice toda mi obra”.

LITERATURA:
"La literatura es capaz de ganar batallas contra la adversidad sin más armas que la letra y el espíritu, sin más poder que la imaginación y el lenguaje. No es entonces la literatura un mero y solitario pasatiempo para los que escriben y para los que leen, separados y a la vez unidos por un libro, sino también un modo de influir en la realidad y de transformarla con las fábulas de la imaginación que en la realidad se inspiran. Es la primera gran lección de las obras de Cervantes".

ESCRITOR:
"De Cervantes aprendí a evitar la facilidad de ser un escritor profesional, en el sentido de un productor regular de textos; a escribir menos por industria que por necesidad interior, menos por ocupar espacio en la escena pública que por mandato de esos llamados hondos de la propia fisiología creativa que parecieran trabajar por fotosíntesis, como en la naturaleza. ¿Serán estos llamados los que también a veces por soberbia desoímos?"

MADUREZ:
"De todos modos no están sujetos estos llamados a la puntual regularidad de las estaciones de cualquier especie que fueren, sino a los centros de luz y de calor de cada época de la vida; a la madurez de cada etapa en la literatura de un autor. Entre estos momentos creativos intermitentes del escritor no profesional se interponen los obstáculos del propio vivir, los imperativos de la subsistencia".

VACÍO:
"Hay también esos vacíos interiores, esos silencios tenaces que pueden durar toda una vida, puesto que se confunden con ella; silencios involuntarios, eclipses de la voluntad, visitados siempre por el remordimiento de una culpa no elegida, pero tampoco ineludible".

OFICIO:
"A causa de estas alternativas involuntarias, no puedo considerarme más que un artesano. Lo que también es mucho decir. Un artesano entregado, cuando puede al oficio de modelar en símbolos historias fingidas, relatos a medias inventados; historias imaginarias de sueños reales, de lejanas y recurrentes pesadillas".

EXISTENCIA:
"Estas incursiones de la escritura tratan de penetrar lo más profundamente posible bajo la piel del destino humano, de las experiencias vividas, del siempre renovado enigma de la existencia, creando su propia realidad sin perder por ello su carácter imaginario de "historias fingidas", como decía Cervantes, de las que él mismo escribía".

REALIDAD:
"Escribir un relato no es describir la realidad con palabras, sino hacer que la palabra misma sea real. Únicamente de este modo la palabra real puede crear los mundos imaginarios de la fábula".

FANTASÍA:
"Esta combinatoria de espejos [en referencia a Don Quijote de la Mancha] nos muestra, en la primera novela de los tiempos modernos, la escena dentro de la escena: Don Quijote va a la imprenta a ver cómo salen en letras de molde sus próximas aventuras. Innumerables figuras atraviesan los espejos y funden la ficción con la realidad en el azogue verberante de la fantasía".

PERSONAJES:
"De allí salen, sin embargo, esos personajes, tan reales, a quienes uno siente que podría darles la mano en cualquier esquina del universo. Mirar las cosas del revés es como mirarlas al trasluz de la propia vida interior, llena de ojos invisibles pero visionarios. Mirar las cosas del revés, pero en su justo derecho, es lo que supo hacer Cervantes".



Fuente:
Fragmentos del discurso de Roa Bastos en la entrega del Premio Cervantes de las Letras en 1989.

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